El alumnado y el profesorado de este centro lleva desde el curso 2000/2001 en instalaciones provisionales en Penyeta Roja y el antiguo acuartelamiento cuartel Tetuán XIV”
La comunidad educativa del Distrito Oeste de Castellón no se rinde y mantiene activa la lucha para conseguir que la Conselleria de Educación construya el instituto Bovalar. Representantes de los colectivos vecinales de San José Obrero-Crèmor y Rei en Jaume así como las asociaciones de madres y padres de los colegios Jaime I, Vicente Artero, Illes Columbretes y del propio IES Bovalar entregaron el 4 de enero de forma simbólica dos saquitos de carbón al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, para recordarle que los alumnos ya llevan siete años en las instalaciones provisionales del antiguo acuartelamiento de Tetuán XIV.
Los representantes ciudadanos acudieron a las 12.00 al Ayuntamiento. Minutos después accedían al Registro con intención de entregar los dos saquitos y un escrito de protesta, pero justo unos instantes antes el sistema informático dejó de funcionar.
Eva Catalán, una de las representantes vecinales, explicó que al entrar en el edificio Consistorial “una concejala advirtió nuestra presencia y, casualidad, el sistema informático del Registro dejó de ir, los funcionarios no estaban en la mesa, pero había ciudadanos que seguían cogiendo el turno”.
Ante tal situación, los vecinos del Distrito Oeste subieron a la primera planta, donde se ubica el despacho de alcaldía, y entregaron el carbón a uno de los colaboradores de Alberto Fabra. Y se fueron.
Media hora más tarde, volvieron al Ayuntamiento y comprobaron que los ordenadores del Registro ya funcionaban con completa normalidad.
La polémica por el retraso en al construcción del IES Bovalar, el único centro de Secundaria previsto en un barrio en el que viven 35.000 personas, no es nueva. Manifestaciones, cortes de carretera y otras protestas no han servido para nada.
Catalán aseguraba ayer: “El propio director territorial de Educación, Francisco Baila, nos ha advertido de que si seguimos acudiendo a los medios de comunicación, las obras se retrasarán aún más. Pero a los padres no les queda otra opción más que ésta para presionar a la Conselleria, que ni tan siquiera sabe cuándo podrán iniciarse los trabajos”.
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