05 mayo 2007

PARA LEER


Hace dos semanas empezaba un cursillo en el CEFIRE, y de repente me sorprendí al comprobar que me costaba entender a algunos porque hablaban en valenciano. Siempre utilizo el castellano. Es mi lengua madre. (Pero se supone que entiendo valenciano y que debería saber hablarlo). -Tengo que leer algún libro en valenciano (o en catalán) -pensé. -Es así como más aprendí antes de presentarme a los exámenes. Le pedí a Elena Nebot que me recomendara algún libro interesante, y así, este lunes me enfrascaba en la lectura de L'esglèsia del mar, de Ildefonso Falcones. Lo he terminado hace hora y media. Me ha atrapado desde el primer momento (y eso que las primeras páginas me costaban por el cambio de idioma). Es por eso que os lo quiero recomendar a aquellos que os gusta leer un buen libro de cuando en cuando.
Aquí os facilito la sinopsis:

Siglo XIV. La ciudad de Barcelona se encuentra en su momento de mayor prosperidad. Ha crecido hacia la Ribera, el humilde barrio de los pescadores, cuyos habitantes deciden construir, con el dinero de unos y el esfuerzo de otros, el mayor templo mariano jamás conocido: Santa María del Mar. Una construcción que es paralela a la azarosa historia de Arnau, un siervo de la tierra que huye de los abusos de su señor feudal y se refugia en Barcelona, donde se convierte en ciudadano y, con ello, en hombre libre.

El joven Arnau trabaja como palafrenero, estibador, soldado y cambista. Una vida extenuante, siempre al amparo de la Catedral del Mar, que le iba a llevar de la miseria del fugitivo a la nobleza y la riqueza. Pero con esta posición privilegiada también le llega la envidia de sus pares, que urden una sórdida conjura que pone su vida en manos de la Inquisición...

"La catedral del mar" es una trama en la que se entrecruzan lealtad y venganza, traición y amor, guerra y peste, en un mundo marcado por la intolerancia religiosa, la ambición material y la segregación social. Todo ello convierte a esta obra no solo en una novela absorbente, sino . también en la más fascinante y ambiciosa recreación de las luces y sombras de la época feudal.

En cuanto a mi objetivo de afianzar mi valenciano: ¡Conseguido! Esta semana soñaba en catalán y pensaba mayormente en catalán. (Pero seguiré siendo fiel a la lengua madre, jeje).

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