TORMENTA INTERIOR

Aunque a veces comento cosas personales en este rinconcito de la red, nunca son tan personales como para sentirme vulnerable en algún sentido. No son secretos. No me importa que lo sepáis. Deseo compartirlo.
Quizá hoy voy a ser más personal que de costumbre.
Vivo en una especie de tormenta.
Estoy sola en un mundo que me abruma. Leo. Me gusta leer, aunque noto que me afecta. Siempre que leo me veo identificada en cierto modo; y los días que dura mi lectura de un libro, cambia algún aspecto de mí, de mis pensamientos, de mis sentimientos, de mi forma de actuar.
Hoy he terminado un libro y he comenzado otro. Hoy he tomado una decisión, bueno, más decisiones. Pero como estoy atormentada, no sé cuánta determinación hay en las decisiones que tomo.
Creo que soy un ser extraño en este mundo. Pero hay muchos seres extraños en realidad.
Me había propuesto conocer gente, pero estoy agotada. Flaqueo. Es un gran esfuerzo, que me cautiva, me engancha, me adicciona. Le pongo tanto empeño que acaba conmigo. Soy muy apasionada en todo lo que emprendo. Por eso no puede durar mucho.
Una de las decisiones de hoy era darme un respiro. Ojalá sea capaz de hacerlo. Enfermaré si no lo hago: física, espiritual, mental y emocionalmente.
Estoy librando una batalla contra mí misma. Los cambios que se han perpetrado en mis últimos meses los estoy encajando a duras penas. Y soy como el mar, en plena tormenta, con el fuerte oleaje... pero que en su profundidad sigue igual que siempre, con esa gélida calma del abismo.
Somos como somos, y nos vamos perfilando a trávés del tiempo por medio de la experiencia, de las vivencias. Pueden cambiar cosas, sobre todo externamente. El interior se verá afectado: mucho, poco... es irremediable. Pero siempre aflora, tarde o temprano, la semilla que llevamos dentro, nuestro verdadero yo. Pero todavía no conozco a fondo a mi verdadero yo. Cuando trato de definirme, de explicarme a mí misma cómo soy, me pierdo. Soy tan inconstante, y constante a la vez. Soy tan alegre, y tan triste; tan segura e insegura; tan independiente y dependiente.
Sí, soy como el mar.